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Prostitución en los Países Bajos: ¿Libertad real o negocio maquillado?

En los Países Bajos, la prostitución es legal y está regulada desde el año 2000.
Durante más de dos décadas, este modelo ha sido presentado al mundo como un ejemplo de pragmatismo holandés: dar derechos a las trabajadoras sexuales, combatir la trata de personas y reducir el crimen organizado.
Pero a 25 años de su legalización, la gran pregunta sigue sin respuesta: ¿realmente funciona?
La teoría suena bien. La práctica, no tanto.
En ciudades como Ámsterdam, muchas trabajadoras sexuales operan con licencia, acceso a atención médica y protección legal.
Sin embargo, informes recientes del Ministerio de Justicia y Seguridad y organizaciones como CoMensha advierten que la trata de personas no ha desaparecido: solo se ha sofisticado.
El crimen organizado continúa infiltrado, y muchas víctimas siguen siendo explotadas detrás de vitrinas iluminadas.
El problema se agrava con las nuevas medidas locales. En 2024, Ámsterdam impuso restricciones a los horarios del Barrio Rojo y aumentó el control policial. ¿El resultado? Una parte de la prostitución volvió a desplazarse a lo clandestino, fuera del radar de las autoridades. ¿No es eso exactamente lo que se pretendía evitar con la legalización?
Por otro lado, quienes defienden este modelo argumentan que eliminarlo sería aún peor.
En países donde la prostitución es ilegal, las trabajadoras sexuales enfrentan más violencia, menos derechos y ninguna protección. Legalizar, aunque imperfecto, sigue siendo el mal menor. ¿Pero basta con eso?
Y aquí entra el dilema grande:
¿Puede un Estado decir que protege a las trabajadoras sexuales mientras permite que siga habiendo víctimas invisibles?
¿O sería peor prohibirlo y condenarlas a la clandestinidad?
💬 Ahora te toca a ti:
👉 ¿Debería Países Bajos cambiar su modelo de prostitución o simplemente mejorarlo?
¿Estamos ante un ejemplo de progreso... o de hipocresía legalizada?